jueves, 5 de febrero de 2009

7) Yaces, candorosa ninfa.


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Rosa indecisa encastillada en la fortaleza de su torreón,
temerosa de desnudarse ante las miradas codiciosas y
ávida de hacerlo para exhibir su hermosura.
Jardín de Larraona.
(Foto de Jesús Díaz).
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Yaces candorosa ninfa en la calidez de lecho esponjoso, tu hermosísimo cuerpo olvidado en el abandono de sueño primigenio.
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La desnudez de tus miembros reposan blandamente su tierna virginidad en tálamo acogedor que abraza enamorado las curvas de tu perfección.
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Quiero besar con fruición la blandura sensual de las yemas de tus dedos,
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Quiero besar ansioso la suavidad de tus tobillos delicados, la tersura de tus pantorrillas torneadas en su quietud distendida, tus muslos esbeltos ligeramente flácidos en la relajación del descanso,
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Quiero besar dulcemente tu sexo oloroso y deleitarme hasta el desmayo con el aroma embriagador que en suaves efluvios emana de él,
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Quiero besar con tierna voracidad tus nalgas sinuosas breves y apretadas,
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Quiero besar ávidamente tu espalda y tu abdomen tramo a tramo, complaciéndome en la demora, hasta llegar ebrio de voluptuosidad a la redondez de tus pechos erguidos que, orgullosos, muestran su arrogancia al cielo,
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Quiero besar amorosamente tus senos de Diosa Venus, saborear la rugosidad de su oscura aureola, succionar borracho de concupiscencia la dureza sensible de sus pezones erectos,
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Quiero besar tus axilas calientes ocultas en bosque intrincado y gozar del amargor de sus fuentes salobres,
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Quiero besar tu cuello de cisne frágil y estilizado, y ascender a tus labios sensuales, y acariciarlos con ternura, lamiendo sus comisuras y sus formas henchidas en fuego abrasador,
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Que mis besos restallen gozosos en tus mejillas, en tu naricita levemente respingona, en tus párpados que velan esa mirada hechicera, en tu frente clara y despejada,
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Y que tus brazos acariciadores entrelacen en la inconsistencia del sueño mi cuerpo tembloroso, hundiéndome en las delicias del placer,
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Y que despiertes, Esther, y florezca en tu rostro una sonrisa de aceptación y complicidad.
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Zaragoza, 5 de Febrero de 1995.
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